Hoy hemos cerrado la primera semana de este nuevo Campus de verano y lo hemos hecho todos juntos, mayores y pequeños, sumando casi dos centenares de niños en el campo del seminario de Derio. El entrenamiento ha consistido en torneos por edades, aprovechando el campo al máximo.
Los más pequeños han jugado torneos de mini-fútbol y de 3º curso en adelante lo han hecho en campo de fútbol 7. Igual que en los torneos disputados en el colegio, la emoción ha sido protagonista, y prueba de ello es que las dos finales de los más mayores se han decidido a penaltis. Además, se han podido ver todo tipo de detalles, como golazos de falta, regates espectaculares, pases de tiralíneas, choques de titanes, faltas tácticas, e incluso algún gol en portería equivocada. Excepto por esto último, se ha notado que en el Loyola Indautxu existe un gusto por el buen fútbol que se traslada a los chavales y que ellos ponen en práctica con maestría.
La mañana ha sido calurosa, así que la organización del torneo ha sido idónea para la ocasión: partidos de 8 minutos y tiempo de descanso para ver jugar a los compañeros, beber agua, comer el hamaiketako (bocadillo de Nocilla), hacer rebuscadas preguntas y encantadoras protestas a los monitores, etc. Pese a ello, en la llegada al colegio, los monitores hemos dado un premio a los niños en agradecimiento a la semana tan divertida que nos han hecho pasar. Está claro que no sólo son los pequeños los que se lo pasan bien, y mientras sigan dándonos guerra de esta forma, seguirán teniendo disponible el Campus del Loyola durante muchos años.
Dicho esto, dado que hay niños que no seguirán con nosotros las próximas semanas, sólo nos queda agradecer a las familias la confianza depositada y desearles un feliz verano. ¡Esperamos veros el año que viene!
Un saludo.